Por más que lo he intentado, no he podido convencer a Teresa Dovalpage de que abra un blog. Pero salí ganando. De ahora en adelante, Dovalpage escribirá —para deleite de los lectores de Belascoaín y Neptuno— una columna, que de mutuo acuerdo hemos nombrado “Estampas habaneras”. La frecuencia será semanal. Quedan advertidos: cada viernes, en esta esquina virtual, un flashazo de La Habana.
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La Habana de noche
Teresa Dovalpage
Vista desde lo alto, La Habana se abre como una mujer o como un libro. Las calles parecen más limpias, los caminos más claros, y el sol como un perfume o como un halo. Ese sol que lo pinta todo de un blanco ardiente, que le saca brillo a la vida cuando lo ves tras la ventanilla del avión o la vidriera de una tienda o de un restaurante, con el aire acondicionado metiéndose en tus poros. Ese sol, que cuando lo tomas en la playa te pone del color que siempre quisiste tener, y que es un lujo allá en tu tierra.
Pero resulta que aquí, cuando tienes que caminar diez cuadras bajo ese mismo sol, cuando no miras a La Habana desde lo alto, sino desde abajo, bien abajo, desde las calles sucias, con los camellos corriendo delante de la gente, o la gente corriendo detrás de los camellos, quién sabe, sin un sitio donde tomar medio vaso de agua y cuidándote de las bicicletas, con hambre, con sed, con peste (peste a sol), entonces el libro se aplasta de golpe entre tus manos y la mujer, sudorosa, te patea. La Habana se te cierra, se te comprime y hasta miedo te da.
Eso cuando es de día. Porque de noche es diferente. De noche, los quinqués fantasmean detrás de las ventanas, hasta que empiezan a agonizar por la falta de alcohol. La oscuridad te empuja si sales a la calle, te hace caer en los baches, avisa a los ladrones de que vienes y pone piedras y vidrios rotos debajo de tus pies.
La Habana de noche es la ciudad de los sueños dormidos, aunque quienes los sueñen estén despiertos. Cuando no te puedes dormir por el calor y los mosquitos, y ya se han agotado todos los temas de conversación, los chistes y las quejas, entonces no queda más remedio que soñar, con los ojos abiertos o cerrados o a medio abrir. Nos llevamos los sueños a la cama y con ellos amanecemos al otro día, al buche de café aguado y frío y a la cola del pan.
viernes, octubre 24, 2008
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7 comentarios:
Que buen retrato de las dos Habanas, la que te embruja y la que te asfixia. Gracias Alexis por traernos a Teresa, no me perderé sus aportes. Un abrazo,
Rosa
Teresa, te mando un abrazo a través de este espacio. Ya disfruto de la anticipación de esperar por "tu día".
Un abrazo,
Queta
¡Gracias Alexis!
Yo se quien es Tiroflojo. El proceso de la revelacion de quien es este oscuro y envidioso personaje va a ocurrir en mi blog a partir de hoy. Todo el que quiera enterarse de quien es Tiroflojo solo tiene que cumplir un requisito: ir a a mi blog Tercera Velocidad y participar en el post "Tirofijo no va mas". Pueden hacer preguntas o nada mas que participar en la discusion. Cada tres participaciones que yo pueda identificar co n algun nombre, aunque sea falso, dare una seña del personaje, hasta completar la descripcion completa. Asi que depende de ustedes.
Empiezo con la primera seña aqui, las demas, repito, deben buscarla en mi blog participando. Es una manera de promocionarme y al mismo tiempo desenmascarar a este grotesco personaje, mato dos pajaros de un tiro.
Primera seña:
TIROFIJO NO SON VARIAS PERSONAS, ES UNA SOLA. Y ES UN HOMBRE.
Gracias, Alexis, Yoana, Queta! Espero no decepcionarlos...
Teresita sabe más que las bibijaguas.
F.C.
Muy bueno, muy bueno. Y sí, esas dos Habanas intrigantes están descritas desde su cosa.
Gracias Bustro por incorporar a Teresa con las Estampas Habaneras, es un toque especial para el disfrute de todos.
Muy acertado.
Para ti Teresa felicidades por entrar en el blog
Omara
Omara
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