Al principio fuimos curiosos y paganos.
Rastreamos en cada catedral
en busca de un tumulto de estatuas pretenciosas,
sacerdotes como momias de sangre congelada,
peregrinos dispersos entre la sed y la abundancia.
El segundo estadio fue salvaje.
Vivimos dentro de los zorros, el mar, las codornices.
Llegamos a tiempo para descubrir los juguetes,
las sábanas manchadas de semen y mujer fantasma,
las bifurcaciones de caminos y los pactos destrozados.
Aunque evitamos descendencia propia
nos llenaron de sobrinos erectos como menhires
(ángeles caídos, supimos más tarde).
Aprendimos a eyacular y a descender
de las colinas prohibidas. Nos impusieron
el ritual del nudo en la corbata
y la servilleta abierta en el regazo.
Esta muerte es producto del exceso.
Cualquier danza fértil
ayudará a profanar nuestro letargo.
jueves, octubre 23, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hola Alexis ya te enlazamos con Cine Cuba
Saludos
Ay, es que nos pintaron tantos pajaritos volando...
Saludos
F.C.
Publicar un comentario