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viernes, enero 30, 2009

Estampas habaneras (XV)

El secreto de los elfos o Quinta de los Molinos II
Teresa Dovalpage


Pues señor, fast forward quince años y heme aquí otra vez en la Quinta de los Molinos. En esta ocasión no me acompañan mis compañeritos de clase, sino un grupo algo más variopinto: los miembros del Círculo de La Llama Violeta y el Maestro San Germán. La mayoría de los asistentes estaban ya iniciados en el culto a los Maestros Ascendidos, pero había algunos de pegote, como una servidora. Yo iba invitada por un socio, Vladimir el Astral.
Cruzábamos en camello por los duros noventa y los habaneros nos habíamos vuelto de súbito seres altamente espirituales. (No hay como el hambre para estimular las más elevadas funciones del espíritu, eso está comprobado). Allí todos buscábamos algo: la trascendencia, la comunicación con el más allá, la iluminación o una visa para casa de las quimbambas. Pero aquella tarde lo único prometido era una experiencia iluminatoria, nos advirtió el organizador de la actividad que era un trigueño larguirucho, natural de Banes. Le decían el Mago de las Hierbas. Aunque eso sí, agregó el Mago, podíamos contar con visiones de los elfos y criaturas elementales que pululaban entre las altas hierbas de la Quinta.


Llegamos y nos sentamos en círculo, con las piernas cruzadas a estilo yoga. Pronto empezó a circular un porrón con porte y aspecto militar, que tenía su forrito de camuflaje y todo. “Es agua de la campana,” me explicó el Astral. Pero como el tal porrón exhalaba un efluvio vegetal poco grato, me excusé de probarlo. Súper finoda que era yo (siútica, me decía mi novio chileno), no me hacía gracia colocar mi delicado hocico donde ya lo habían puesto otros diez. En fin.

Al cabo de un buen rato todos los asistentes estaban viendo más trasgos, elfos, y gnomos varios que los que pueblan El Señor de los Anillos.
―Mira a uno rojo con calzoncillos verdes.
―¡No, el que está al lado mío es azul!
―Caballeros, todos están mal, fíjense en las haditas esas, qué graciosas, qué astrales, si hasta tienen cuatro alas cada una ―aquello lo dijo el Astral, naturalmente.

Yo seguía sin ver más que matas, yerbajos y alguna que otra lagartija despistada. Al fin me aburrí y me fui con viento fresco. Y no fue hasta muchos años más tarde que descubrí el secreto de los elfos. Y ustedes, mis queridos lectores, ¿también lo adivinaron?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Tere, lo que habia en la botella era ron Coronilla o chispa e tren. Yo fui una vez a casa de Eloy con la gente del fuego violeta, Landy y merceditas y creo que tu estabas alli tambien pero nunca me convencieron esas cosas, fijate como termino todo. Yo nunca crei la version de que esos muchachos se suicidaron en el escambray, ojala que algun dia salga a la luz lo que paso alli.

Rosa dijo...

Está muy simpatica la historia. Ahora, por el comentario anterior parece que tuvo fin trágico, que pena!

Ernesto G. dijo...

Bueno, y que paso con esos muchachos?

Anónimo dijo...

Espero la continuación el viernes próximo, quisiera saber que pasó con los astrales y los violetas.

Saludos
F.C.

Anónimo dijo...

Yo estuve alli! Bueno, a lo mejor no ese dia porque me parece que cuando yo fui no habia ninguna mujer, si fueron Eloy y Ciro qepd y Landy, el de radio progreso que siempre estaba muy metido alli, y un sennor ya viejo, creo que se llamaba Chala, que era de la sociedad teosofica y un muchacho iniciado que le decian Gurubay o Giribay. Donde esta toda esa gente ahora? No me acuerdo de ti pero gracias, Teresa por tus estampas.
Edmundo (Mandy)

Anónimo dijo...

PS. Pense que lo que habia en el porron (no era porro?) debia ser matarratas del malo pero Eloy no se emborrachaba, que yo sepa. en general alli no habia mucho de bebedera y me parece por la forma en que lo dices en que era otra cosa :-)

Anónimo dijo...

Mira un post antiguo de tumiami donde mencionan el mismo asunto, tambien a Eloy y Ciro, debias escribir mas sobre eso

http://www.tumiamiblog.com/2008/12/psylocibe-cubensis-y-maria-sabina.html

Anónimo dijo...

¡Hola!
Un ceremil de gracias por los comentarios. Paso a explicar: Eloy y Ciro fueron dos muchachos (bueno, Eloy tendría como treinta y pico en los 90) que crearon una especie de comunidad espiritual alrededor de los preceptos del Conde San Germán y los Maestros Ascendidos. No estoy muy segura de en qué consistían sus enseñanzas porque no participé mucho del grupo, aunque sí fui algunas veces. Se basaba en el karma, la reencarnación y esos temas. Lo que pasó con ellos fue que viajaron en una ocasión al Escambray, en busca de la iluminación, se dijo, y aparecieron muertos. La mayoría de la gente estaba de acuerdo en que había sido suicidio por hambre pero nunca quedó del todo claro si pasó otra cosa.
¿Quién eres “también fui astral”? Me encantaría reconocerte pero no tengo muchos datos aunque sí reconozco a todos los que mencionas. Mandy, creo que te recuerdo, ¿llevabas una cola de caballo, verdad? Y recuerdo también a Chala, el teósofo, igual que a Landy, que en efecto trabajaba a como sonidista en Radio Progreso.
En cuanto al porrón, su contenido era más sicotrópico que etílico (oh, las esdrújulas). Era una infusión de flor de campana que al parecer produce visiones. Pero como no lo probé, no puedo asegurar…quizá fue una alucinación colectiva. Mandy tiene razón, allí no había borracheras ni relajo. Y el post de Cristina está de lo más bueno. Después de leerlo me puso en contacto con ella y tiene un libro magnífico, una colección de cuentos titulada El Maestro en el Cuerpo, que recomiendo a todos.

Anónimo dijo...

Tessy y los demas, Girigay (Julian Bacallao) vive ahora en Alemania y Lando creo que sigue en Cuba. Saludos desde el Midwest
Roberto (Krishna)