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viernes, enero 23, 2009

Estampas habaneras (XIV)

La Quinta de los Molinos
Teresa Dovalpage

La primera vez que visité la Quinta de los Molinos fue junto a mi clase de tercer grado. Se suponía que el paseíto sería una introducción a las ciencias naturales. Ja. Apenas traspasamos la verja de la entrada, un hedor insoportable nos golpeó como un puñetazo en la nariz. ¿Provenía de las ceibas centenarias, de las palmas barrigonas, de un bosquecito de helechos o de algún pozo lleno de materias fecales? Nadie consiguió averiguarlo, pero la peste era, definitivamente y con perdón, a mierda.


A los cinco minutos de camino, una chiquilla se antojó de orinar. Puesto que no había baño a la vista, la maestra la autorizó a usar la maleza como desaguadero:

―¡Y dale rápido, que no tenemos todo el día! ―le advirtió.

La miccionante se agachó entre los hierbajos que la cubrían, para decepción de mirones, hasta más arriba del fondillito. Pero no le dio tiempo a terminar de hacer su necesidad. De pronto la vimos regresar corriendo, el blúmer bajo todavía y una expresión de horror digna de figurar en The Shining.

―¡Ay, maestra! ―sollozaba―, ¡un toro me quiso coger!

Todavía resonaban las carcajadas de los incrédulos cuando entre los matorrales apareció un animal enorme, al que sólo alcancé a verle la (definitivamente bovina) cabeza antes de largar las piernas en dirección a la salida. Los demás hicieron lo mismo. Más tarde nos enteramos de que “alguien” había tenido la genial idea de llevar un rebaño de vacas (no había ningún ejemplar del sexo masculino, se nos aseguró) a pastar a la Quinta de los Molinos, de ahí el olor a boñiga que lo inundaba todo.

Con tales antecedentes pasó bastante tiempo antes de que me decidiera a regresar. La segunda vez fue algo más divertida (en busca de la iluminación y de los elfos del bosque, en compañía de aquel grupo de la Llama Violeta). Pero de esto les hablaré en otra ocasión.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

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Sharpshooter dijo...

Alexis,
fui vecino de la Quinta de los Molinos porque me crie a una cuadra del antiguo parque Aguirre en Mazon y Valle. Soliamos entrar a ella y recorrerla de un lado a otro y observar el pequeño antiguo central azucarero abandonado que habia dentro de ella. Depues se construyo una escuela primaria alli y el lugar se fue llenando de muchachos de la escuelita.

Anónimo dijo...

¡Hola Agustín!
Yo creo que el centralito era parte del museo Máximo Gómez. En los setenta no había escuelas por allí cerca, al menos que yo sepa. Lo que me gustaría es saber si las dichosas vacas duraron mucho tiempo allá...

Rosa dijo...

Tessy, yo recuerdo haber entrado a la Quinta de los Molinos estando en la Universidad, a una de esas prácticas obligantarias de las MTT. Pero no recuerdo las vacas, sólo se que estaba todo muy destruido. Que simpático lo de la niña y el toro (vaca), cosas parecidas sucedieron en mi beca. Saludines.

Sharpshooter dijo...

Hola Teresa,
no se lo de las vacas en la Quinta de los Molinos ya que me fui de Cuba en Octubre del año 60 y no he vuelto nunca mas. La razon por la que me fui esta alli todavia vivito y coleando (aunque debilitado y senil) y hasta que no cambie el sistema, no regreso.

Anónimo dijo...

En el 1960 se inauguró la secundaria básica Felipe Poey, (anexa a la universidad).

Fui alumna de esa escuela hasta abril del 61, cuando salí de Cuba en el 70 esa escuela existía todavía, la entrada era muy cerca del parque Aguirre y todos los días regresaba a casa por ahí.

Saludos
F.C.

Anónimo dijo...

Tessy y que fue lo que paso despues? Ya me dejaste con la intriga.

Anónimo dijo...

Oye , alli no estaba el Platano, el de la camara?

Anónimo dijo...

¡Hola! Un millón de gracias por los comentarios. Rosie, tuviste suerte, a mí para las prácticas de las MTTT me llevaban a la Playa del Chivo, en Alamar.
Agustín y F.C. de buena se libraron. Ahora me parece recordar algo de la escuela Felipe Poey, sí.
Hidel, a mí me parece que había DOS Plátanos, el de la cámara, que era muy jipitesco y otro muchacho que siempre andaba con unos perros y se apostaba en los portales de la clínica veterinaria de Carlos III.

Anónimo dijo...

HOOlaaa,nunca pense que me encontratia con gente de mi ex-escuela en Internet,os quiero a todos y por cirto como respuesta a Hidelsia el platano murio