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sábado, junio 14, 2008

Habanas frente al Malecón

Transcribo una viñeta de Teresa Dovalpage.
***

Todas las tardes, cuando se pone el sol, La Habana se sienta en el muro de su propio Malecón y flirtea con la idea de contemplarse a sí misma desde el otro extremo del Estrecho de La Florida. Desde el extremo cuyas luces se ven a veces, en las noches más claras, resplandecer como un lejano árbol de Navidad.

Hay una Habana que ve el mar como una tabla líquida de salvación. En las noches de apagón saborea su saliva salina y sueña con la verga enhiesta de un galeón español, con el mástil de una goleta inglesa, con el remo de una chalupa indígena que la aleje definitivamente de éste, su litoral de camarones sólo para el consumo de turistas. El mar la atrae, la seduce con cantos de sirena. Pero el reclamo de la aventura acuática no es siempre tan potente que la haga abandonar su languidez congénita y su laisser faire.

La segunda Habana, la que se queda en el Malecón tranquila, sedadita, tiene múltiples caras. Es Ave y Eva. Comulga muy piadosa en la iglesia de los jesuitas amén, Jesús. Le ofrece una papaya madura a la Virgen del Cobre Oshún, dame tu aché. Caderea frente al hotel Capri a la caza del pene exótico oye, papito, pst.

Y hay otra Habana más que está en el medio. La que, obligaba por la necesidad, se vende al extranjero en contrato matrimonial o de empresas mixtas. La que arrienda legalmente su vagina o la playa de Varadero para el exclusivo disfrute del forastero que viene de allende los mares envuelto en el prestigio de sus dólares, vulgo fulas.

Las tres se funden en candente metrópoli con su gente, sus voces, sus sabores y olores. Algunos no son agradables, otros simplemente te harán taparte la nariz. ¿Qué quieres? No es su culpa. La Habana no se creó a sí misma. Nosotros la creamos, y puede que muy pronto la tengamos que recrear.

7 comentarios:

Eufrates del Valle dijo...

La creamos y muchos la abandonamos por cinco decadas. Querido Bustro, quienes somos los culpables...?

Excelente texto de la correligionaria Teresa. Gracias, amigo.

Anónimo dijo...

Muy bueno, pero esa no es mi Habana, la mia es: el muro del malecon a las 3 de la madrugada con Armando L. haciendo el cuento de Jesucristo, el Carmelo de Calzada a la salida del Amadeo Roldan, el Pre Saul Delgado , en
fin, otras cosas muy diferentes...
Saludos
F.C.

Los Miquis de Miami dijo...

de seguro la tendremos que reinventar. los que nos fuimos, los que se quedaron. los que vendrán. nadie puede quitarnos esa Habana. aunque ahora estemos lejos. excelente texto.

Anónimo dijo...

Me encanto este texto. Recuerdo mucho esta Habana, aunque ya hace un rato que me fui, recuerdo muy bien tenerme que tapar la nariz muchas veces. No se por donde empezaremos cuando vayamos a recrearla.

Anónimo dijo...

La Habana son tantas cosas...
Es sobretodo una forma de vivir. Una arista de la luz del sol, cuando se pone. Una guitarra triste tocando sola en el muro. Una falsa botella de ron. Una mujer cualquiera deseosa, deseada, arrepentida. Una nación.

Anónimo dijo...

Bella viñeta de Teresa Dovalpage.

La Habana tambien es un dolor y un grito,una esperanza, un aliento
es el iman en recuerdo de una isla
flotando

David Lago González dijo...

Muy buen texto. El primer y segundo párrafos, perfectos.