(a Jesús Díaz)
Descubrió los anillos del ofidio,
las barbas del caimán que no merece,
las siglas de una tierra que padece
la censura, la diáspora, el exilio,
las tormentas de nieve, los consejos,
las úlceras de sol en la azotea,
la crítica, el olvido de la aldea,
la distancia, el encuentro y sus reflejos.
Todo lo tuvo: el mar, el aire, el puerto,
un destierro tardío y coherente
y ese verbo afilado a flor de boca.
En La Habana aseguran que anda muerto.
En Madrid, se pasea entre la gente.
Es arena, agua, fuego, lluvia, roca.
lunes, julio 21, 2008
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4 comentarios:
Habanero: Está Ud. especialmente invitado a subirse al ring fraternal de:
http://tromponmetabiotico.blogspot.com/
Gracias y un abrazo del Cerro.
¿Cómo puedo decir palabra después de las tuyas al "Señor de las palabras"?
Delicioso, doloroso, precioso.
Tenga cuidado Bustro, esa gaveta a lo mejor tiene cucarachas...
Esto está bueno...lo conocías?
http://www.cubanet.org/opi/05150201.htm
Que adjetivo podré inventar, ya los usé todos, este soneto está superlativamente bueno.
Saludos
F.C.
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