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miércoles, noviembre 26, 2008

Alumbramiento

He esperado casi una década para darme el lujo de anunciar a toda voz que mi poemario acaba de ser publicado. Ha de resultar obvio que no me compete hablar de sus luces o sus sombras, pero sí quiero comentar brevemente los oscuros parajes por los que ha transitado este libro que desde sus inicios he escrito y reescrito hasta la saciedad.

En el principio era el verbo —en La Habana de finales de los noventa— y entonces el mamotreto llevaba por título El jardín de la inocencia, guiño que respondía a la peor de las intenciones, ya que éste era un texto que era de todo menos inocente, plagado como estaba de infamias —literales, literarias y de cualquier índole—, y en donde primaba el verso libre y las referencias directas a lugares (comunes) de la capital y el resto de la isla.

Poco después de concluir el borrador inicial hice mutis por el foro habanero. De ahí que del mutismo pasara a la primera mutación del manuscrito, que ocurriría ya en suelo neoyorquino, cuando sustituí una docena de poemas por sendos sonetos y eliminé el texto que nombraba al todo, razón por la que su título pasó a ser Ciudad de invertebrados, partiendo del poema que le otorgaba cierta unicidad al mejunje.

Entre 1999 y 2002, algunos fragmentos de esa Ciudad de invertebrados fueron recogidos en antologías que ni yo recuerdo y el poemario tuvo un primer editor en potencia: un personaje radicado en Nueva York, anglosajón y monolingüe, que estaba empecinado en sacar una edición en la que ambas lenguas aparecerían a contracara. Las traducciones las trabajé con espátula fina, mi esposa y una traductora oriunda de la Gran Manzana, con quien la colaboración merecía haber ido mucho mejor de lo que en realidad fue. A finales del 2001, el editor me comunicó que ya tenía las galeradas listas y, sin preámbulos ni advertencias, me pidió que cofinanciara el libro. En el acto le di las gracias. Y le retiré el manuscrito.

Dos años y otros tantos borradores después —en los que seguí eliminando versos libres y favoreciendo el soneto—, contacté a par de editoriales españolas. Ambas quisieron publicar el libro. Y ambas me pidieron sendas contribuciones pecuniarias. Uno de los editores llegó a decirme que el estigma estaba en mi mente; que no olvidara que Eliot se había autofinanciado sus publicaciones. Y yo, que en días de lluvia me caracterizo por mi buen humor y mi mala leche, le di las gracias y con aire de bolero le respondí que prefería que el libro se quedara inédito antes que tener que pagar un centavo por su publicación. Y el manojo de papeles regresó a la gaveta a dormir el dulce sueño de los (in)justos.

En abril de 2004, envié el manuscrito a Pureplay Press y al par de meses recibí respuesta del editor —que devendría amigo y colega, en ese orden—: a recomendación de su lector de poesía —que luego, para mi sorpresa y fortuna, me enteraría de que había sido el irrepetible Néstor Díaz de Villegas—, Pureplay Press publicaría mi Ciudad de invertebrados. El libro entraba en cola y saldría de ella y a la luz a finales de 2005 o principios de 2006. Aleluya. Finalmente aparecía un editor que correría con todos los gastos de publicación y se ocuparía como Dios manda de ese incómodo etcétera que obstaculiza al mundo editorial. Ay, pero no todo lo que tiene buenas intenciones está destinado a dar frutos. Y a mediados de 2006, el editor y yo, de mutuo acuerdo y por contratiempos que no vienen a colación, decidimos que no era oportuno que mi libro apareciera bajo su sello.

Ya para ese entonces, tres cuartas partes del animal estaban compuestas de sonetos y el resto incluía desde haikús, hasta epigramas, pasando por alguna que otra descarga (no hay otro nombre) desgranada en prosa poética. Fue entonces que me encomendé a Petrarca y opté por entregarle mi libro en su totalidad al endecasílabo. Le quité las referencias directas a la capital y el resto de los lugares (comunes) de la isla y reinventé el manuscrito que en algún momento se jactaba de su falsa inocencia como un ciclo de sonetos. En este borrador (del cual ya he adelantado subrepticiamente algún que otro texto en Belascoaín y Neptuno), el monstruo asumió su verdadero título, Los culpables, cerrando de ese modo el círculo que había comenzado con pretendida (y, mal que me pese, real) inocencia.

Dos editoriales, dos, recibieron este manuscrito. Dos editoriales, dos, quisieron publicarlo, pero al final me decanté por Linkgua, entre cuyas ventajas añadidas figura el hecho de estar radicada en Barcelona y tener un editor que ha devenido amigo y lee este blog y le tiene no poca fe al libro.

Dada la bienvenida formal, estimo que el momento es propicio para cambiar de tema. El resto lo dirán los lectores a quienes, como botón de muestra, dejo un soneto escogido al azar (que, por demás y como todos saben, no existe):

Ajeno, febril, fugaz, incongruente,
el tiempo le sucede en su mesura.
Recuerda algún pincel, la partitura
y la inquieta impresión del sol naciente,

el vicio de la edad y la ironía
de las fronteras y de los encierros,
de las falacias y de los destierros
de cada eternidad y cada día.

Amó a su prójimo entre cartas mudas.
Aprendió a respirar en tierra extraña
y el aire, limpio y grave, fue el dilema.

Sus fobias confabulan con sus dudas.
Su pluma tiene forma de guadaña.
Quemó las naves en aquel poema.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenido a la luz, Los culpables. Para aquellos que amen y "entiendan" la poesía, tiempo de regocijo.
Sonetos bellísimos, desgarradores que obligan a cerrar los ojos y detenerse a recordar.
QF

Isis dijo...

Felicidades !, querido Bustro.
Sólo puedo regocijarme.

Margarita Garcia Alonso dijo...

Muy contenta de que saliera ese libro, casi un libro imposible creciendo y destrozado por el tiempo. Espero que el mio tenga la misma suerte, la voz siempre cambia con el exilio.
Que ahora crezca solo, lo merece.

Nací un 29 de febrero. dijo...

nene, me alegro un montón por tu libro, no creo que te forres pero que esté en la calle ya es una gran noticia.
un besote
si te pasas por barna sabes que te pago las cervezas o el ron
(y si te has vuelto posh hay un garito al doblar de las ramblas que hacen unos daiquiris que te mueres)

Zoé Valdés dijo...

Te felicito, un título muy bueno. Es una editorial muy buena, ahí está editado Ramón Fernández Larrea también, ¿no?

Anónimo dijo...

enhorabuena alexis...no soy un critico de literatura, por lo que me limito a decirte que me encantan tus sonetos... y todo lo que escribes..
alina brouwer

Anónimo dijo...

¡Felicidades, chico! Por tu persistencia y también por la belleza creada con tu poesía. Y fíjate en que época mpas linda del año sale. happy birthday to "el monstruo"!

Anónimo dijo...

Enhorabuena Alexis, soy tu fiel lectora y me alegra mucho que publiquen tu libro, ya sabes que estoy aquí en tu esquina todos los días.

Saludos
F.C.

Ernesto G. dijo...

Mis felicitaciones, Alexis. Gracias por comentar esos pormenores de cómo el libro llegó a ser publicado. Te lo agradece alguien que conoce poco de esas cosas. Es información valiosa para escritores no publicados. Ya tengo una razón para tomarme un tinto esta noche.

Anónimo dijo...

Querido Alex:

Recuerdo en (la terracita )de Belascoain y Neptuno las lecturas del Jardin de la Inocencia.
Luego cuando se convirtio en " La ciudad de invertebrados ", releia algunos poemas que llegue a memorizar.
Hoy me complace enormemente que en algun momento lleguen a mis manos " Los Culpables", asi podre disfrutar la evolucion del tiempo transcurrido.
Una vez mas, muy orgullosa
Felicidades

Mama

Anónimo dijo...

ya le puedes quitar las (s) a la parte que dice mi(s) libro(s)

Heriberto Hernández Medina: dijo...

¡Felicidades, amigo! Ya me dijo Carlitos que estuvo con ustedes y que la pasó muy bien. Cuando gustes darte un salto por acá se te recibirá con gusto. Suerte y letras.

Alexis Romay dijo...

Gracias, QF. En esta década he tenido la suerte de contarte entre las primeras lectoras de mis manuscritos. El lujo es todo mío.

Dilecta Isis: Me regocijo en tu regocijo. Por cierto, la nota que escribiste para la edición (y que fue incluida en la misma) es una delicia. La pondré aquí en el próximo par de días. Un fuerte abrazo, querida.

Chiquitacubana:
Bienvenida por este blog. No siempre tengo oportunidad de contestar a todos los comentarios en el blog (la tan cacareada falta de tiempo), pero te agradezco la visita y los parabienes. Suerte con tu libro. Y con tu exilio. Que son, si lo miras bien, una misma cosa.

Mi bróder bisiesto:
Te acepto la invitación. Ya caeré dentro de poco por Catanya (que la llama Juan Abreu). No me he puesto posh, así que a por la cerveza.

Querida Zoé:
Sí, la editorial es una joya. Y el editor es un tipo brillante y estelar, que además, no te equivocas, publicó a Ramoncito.

Alina: ¡Qué lujo leer tu comentario! Y déjame decirte que estamos a veintinueve iguales, que yo no soy crítico de música, pero me estoy dando banquete con tu disco. Las ganas que tengo de verte en vivo no caben en este telegrama.

Tere:
Te respondo en tiempo de bolero: tú, que llenas todo de alegría y juventud... (No sigas cantando, que luego dice “vete de mí”). Gracias una vez más por leerte el libro en su fase manuscrita y por la nota (que con la de Isis) aparece en las páginas finales del animal tropical. Ya recibirás tu ejemplar en breve. Mientras tanto, aquí, un abrazo.

Mi querida F.C.: Me consta que no te pierdes una en esta esquina. Espero que disfrutes estos sonetos como mismo disfrutas mis desvaríos cotidianos.

Querido Ernesto:
Compadre, al margen de la alegría de ver el libro ya materializado, te confieso que luego de años de espera la cosa ha sido un poco anti-climática. Por eso escribí esta nota. Para cerrar la odisea.
No sé si conoces poco de estas cuestiones editoriales. Pero te adelanto que de poesía entiendes a cabalidad. Que te he leído y te leo. Y tú bien sabes dónde está el poema. Escribe. Y sigue escribiendo. Y a ver cuándo nos tomamos ese tinto en persona.

Madre mía:
La sacaste de la manga del mago. Sí, recuerdo las mini-tertulias en la terracita de la casa que devino blog: yo, con mis papeles manuscritos, Andrés con su guitarra, desgañitándose frente a los amigos que dejarían de serlo por la maldita circunstancia del agua por todas partes. Este libro exorciza esos monstruos.

Anónimo:
Gracias. Ya le quité la (s). Tienes buen ojo.

Heriberto:
Ya Sosa me contó lo bien que la pasó por esos lares. Ah, qué pena que me perdí esta feria. A la del 2009 pienso ir. Allá nos veremos. Igual, cuando vengas por estos lares, avisa y serás agasajado como mereces. Salud y poesía.

A todos: gracias.

Anónimo dijo...

Este niño, definitivamente eres nuestro Quevedo. Acabo de tener un "alumbramiento".
Beso y HTG!(por sus siglas en ingles)
N

Anónimo dijo...

Coño, Alexis, cuanto me alegro, te felicito ahora, y seguramente te felicitaré de todo corazón, cuando me lo eche completo, de eso no me quedan dudas. Y seguramente que condenaré a - los culpables - por haberte hecho esperar tanto tiempo para brindarnos tan esperado regalo. Hoy, 27 de noviembre de 2008, desde Manhattan, ¡que muera el guanajo!
"Sus fobias confabulan con sus dudas.
Su pluma tiene forma de guadaña.
Quemó las naves en aquel poema.
Que riqueza poetica.
Tu amigo lector.
Iván Acosta, el de Latin Jazz USA.

Güicho dijo...

¡Enhorabuena, Alexis!
Y ya era buena hora: otros dos lustros, y va y lo conviertes en décimas.
Saludos

David Lago González dijo...

¡Enhorabuena! Lo compraré.

Amalia López dijo...

Querido Alexis, desde las lluvias y los fríos de la ciudad de los canales te mando mi enhorabuena. Me ha encantado la portada y la editorial que has elegido es en sí misma el mejor presagio. ¡Qué bien que viajo a Barcelona en dos días y podré comprarlo!
Besos,
Amalia