¡Este blog se mudó a http://belascoainyneptuno.com!

Espera unos segundos para redirigirte automáticamente al nuevo sitio. Si no funciona, visita
http://belascoainyneptuno.com.
De paso, actualiza la dirección en tu blogroll y en tus “favoritos”. ¡Gracias!

martes, septiembre 16, 2008

Fragmento de diálogo entre dos cubanos (uno, exiliado; el otro, emigrante económico)

—¿Quién ha firmado esa carta?
—Fulano (que es anarquista)
y Mengano (un hedonista
que estuvo un mes en Esparta).
—¡Pues que mal rayo lo parta!
—¿Al anarco? ¿Al espartano?
—¡Al que me llamó “gusano”!
—Es que los dos suscribieron…
—¡Pues conmigo se jodieron!
—Cógelo suave, mi hermano…

6 comentarios:

Eufrates del Valle dijo...

Lamentablemente, tambien se escuchan dialogos asi.

Fran Invernoz dijo...

Me imagino que es un diálogo real. Lamentable pero cierto. Me lo creo. Te agradezco tu visita y tu amable comentario. Estoy a tu disposición para compartir comentarios. Tengo poco tiempo para dedicarme al blog pero acepto la propuesta. Saludos cordiales desde España.

Anónimo dijo...

Sonetero. Esta frase de Francisco de Quevedo fue lo que me vino a la mente al leer el diálogo:

"Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga."

Besote.

Jorge Salcedo dijo...

Sigues hilando fino, Bustro. Aquí está el récord intrahistórico de "los días de la carta". La cartica invisible.

Anónimo dijo...

Es así, eso es el pan nuestro de cada día y allá debe ser peor, son más numerosos los cubanos.

Hace poco comentaste de que habías
cantado en una fiesta, debes embullarte y grabar las décimas, será un placer escucharte de
repentista.

Saludos

F.C.

Alexis Romay dijo...

Martín:
Ya puse el enlace. Gracias por la visita.

Eufrates, Martín, Anónima y Salcedo:
Esta décima es casi una transcripción literal de una conversación recurrente.

Salcedo:
Sí, la intrahistoria es lo que nos ocupa.

F.C.:
Lo que hice en la mentada fiesta fue tararear la canción “El Comandante”, de Porno Para Ricardo (y poner la cosa buena). Hace unos diez años, en las fiestas que hacíamos de ahora para luego en La Habana, con ron peleón y guitarras al borde de un ataque de nervios, ¡ahí sí cantaba! Me tiraba de repentista (aunque las improvisaciones eran con fondo de rap, rock o ska) y estaba descargando para largo y tendido. Todavía tengo tres o cuatro casetes que documentan mi breve y desastrosa “carrera musical”.