Antillana se pronuncia
(con permiso y con licencia)
y con cierta ambivalencia
gime, critica y denuncia.
Algún obrero renuncia
—oh, qué palabrita, ¡obrero!—.
No le digan “compañero”,
ni lo obliguen a desfilar,
y no lo manden a templar
¡ni a su jefe ni al acero!
(con permiso y con licencia)
y con cierta ambivalencia
gime, critica y denuncia.
Algún obrero renuncia
—oh, qué palabrita, ¡obrero!—.
No le digan “compañero”,
ni lo obliguen a desfilar,
y no lo manden a templar
¡ni a su jefe ni al acero!
4 comentarios:
¿Así se templó el obrero?
¿Así se templó el obrero?
No había quien lo templara.
Está bueno el juego de palabras, hoy si no voy a buscarle la punta, es arriesgado...
Re- saludos
F.C.
Buenisimo, Bustro!
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