El Hombre Adidas preparasu carrera de modelo.
Ya sabe que no irá al cielo
(ya no va ni a Santa Clara),
así que a ratos compara
su imagen en el espejo
con cualquier modelo viejo
y sonríe satisfecho:
si busca un viejo maltrecho,
¡él le vende su pellejo!
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11 comentarios:
De nuevo. No tengo estómago para este tipo de cosas.Le haces mucho honor.
Parafraseando a Campoamor
Castro en Adidas corría
tras criminales antojos
prometiendo catibías
en columnas que decían:
al espejo de mis ojos
CRA
¡¡¡ Llevátelo viento de agua !!!
F.C.
Coño, esto es mucho más divertido, no sé qué estoy haciendo…!
El huracán del Adidas…
Bueno, luego.
Abrazos,
Salcedo
Muy bueno, pero la foto ya me da "cosa". Niobe.
Salcedo:
Yo sé qué has estado haciendo: algo infinitamente mucho más importante. Admiro tu tesón. Cuenta conmigo.
Un abrazo,
Alexis
Ya que estamos:
El huracán del Adidas
con sus vientos inconstantes
Anónimo: respeto tu sobresaturación y la entiendo. Espero que entiendas mis motivos. Ya he admitido en este blog que, muy a mi pesar, padezco de pancastrismo (el término, genial, es de Néstor Díaz de Villegas). Así que si el tipo me va a salir hasta en la sopa, lo menos que puedo hacer es tirarlo a relajo, bajarlo de ese Olimpo al cual se subió a golpe de sangre y metralla. Puedes contar con que aquí no le faltará su sentida trompetilla.
CRA: Está buena la rima. Aún me río. (Por cierto: la cosa va a muy buen ritmo).
F.C.: ¡Que tu boca sea santa!
Sí, Niobe, admito que la foto le quita el apetito al más pinto de la paloma.
Nada, estimado Bustro, que te ha dado por el humor prieto...
El huracán del Adidas
con sus vientos inconstantes
y aguaceros delirantes…
No puedo copiar y pegar desde el bejuco. Pero te sigo la rima:
ha cobrado nuevas vidas...
Ponle un casco, y tendrás a Francisco Pizarro.
Quítale el traje deportivo, y verás al Caballero de París.
Pero, así como está, ese gallego es sólo un hijoeputa.
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